< Conversaciones con la lluvia de Oktubre

Capítulo 3 - En la tela de la araña.

Escribe Texto del Capitulo aquí ... Era una noche etérea en su cabeza, el clima era insípido, no frío no calor, por su mente las imágenes y el dolor de cabeza persistían a media voz, como un halo envolvente en la raíz de su cerebro reptiliano , el no pensaba mas que en ella, para el, ella era una entidad sublime y maravillosa que se había apoderado a estas alturas de todos su pensamientos, los pensamientos acerca de ella consumían mayormente casi toda la capacidad de su memoria RAM, los deseos de estar con ella a su lado eran recurrentes, le costaba diferenciar entre lo real y lo virtual a medida que los recuerdos reales y virtuales se fundían mutuamente después de los encuentros fogosos que ellos habían tenido, un recuerdo de los amantes inseparables, ese hilo invisible que los unía y los mantenía aunque separados físicamente, mental emocional y espiritualmente fuertemente unidos, por aquel hilo que era un hilo fuerte como la eslinga de acero de un barco, fuerte y a la vez flexible, resiliente, ese cordón mágico que ellos habían tejido con paciencia ternura y amor cada vez se hacia mas fuerte , como la pasión que ellos sentían desde el momento que se juraron amor eterno. El admiraba profundamente su forma de ser idealizando su actitud tal vez conectada con su cultura, o tal vez con su historia de vida... nieta de un marinero disciplinado, pero cálido como lo son siempre los abuelos que les toca crecer a sus nietos, todo se lo consentía, aunque muchas charlas el le daba, y muchas cosas le enseñaba, entre ellas algunas que le fascinaban a Oktubre, tal vez es una parte de lo que fue conformando el espíritu rebelde de ella, que tanto le fascinaba a el. El quería tomarlo, tocarlo, encerrarlo, pero todo esto no era posible, ella era inabarcable en todas sus perspectivas, brillante, audaz, coqueta y absolutamente preciosa para el. Dicen que las telas de una araña aunque con su su aparente fragilidad, son comparativamente muchísimas veces mas fuertes que cualquier tejido que se encontrara en el mundo humano actualmente, así ellos se entretejían un con el otro en una red fuerte en la que ambos querían sentirse juntos creciendo conjuntamente, fuertes como la tela de una araña, a el le gustaba su obsesión a veces y a ella la espontaneidad y lo impredecible de sus respuestas en ocasiones. Continuará ...
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